Indudablemente, una de las
estrategias tradicionales para que una sociedad progrese, crezca y se
desarrolle en ámbitos variados, es la educación, la cual debe de responder a
las necesidades que los contextos requieren. En este sentido, las oportunidades
educativas y la calidad de la educación son dos variables fundamentales para la
formación y desarrollo de conocimientos y habilidades de las generaciones
jóvenes, sin embargo, dichas variables necesariamente tienen que ser analizada
a partir de complejizarlas y[1]
contextualizarlas, es decir, la simple retorica de
oportunidades educativas para jóvenes no sirve de nada sino se invierte en
infraestructura (escuelas, mobiliario), sino se generan programas de apoyo para
que los jóvenes se mantengan en la escuela; por el otro lado, la educación de
calidad no se puede conseguir si la educación es manejada con tintes políticos
y revanchistas, sino se invierte en capacitación a los profesores, si quienes
están como titulares de las secretarias directamente relacionadas con la
educación desconocen las problemáticas estructurales de la educación en México.
Hoy 18 de Septiembre de 2013, en
donde más de 15 facultades y escuelas de nivel superior se han ido a paro en
apoyo a la lucha democrática magisterial de la CNTE, es importante recuperar
algunos datos duros que evidencian como el modelo neoliberal ha impactado e
impacta de forma negativa en el empleo juvenil, lo comento porque algunas
declaraciones de jóvenes estudiantes que están contra las decisiones tomadas en
asambleas estudiantiles indican que irse a paro es negativo para su formación
educativa y eventual adquisición de empleo. Lo que estos jóvenes, mal
informados desconocen, es que tanto las luchas estudiantiles, como la lucha de
la CNTE y las luchas de la mayoría de los movimientos sociales, tratan de hacer
frente al modelo neoliberal que intenta intensificarse y generar mayores
impactos negativos a las mayoría de la población.
- Datos que proporciona el INEGI indican que la tasa de desocupación en los jóvenes durante el primer trimestre del año fue del 8.4%. Al analizarlo a partir de rangos de edad, quienes enfrentan mayores niveles de desocupación son aquellos ubicados entre las edades de 15 a 19 años con un 10.1% y los jóvenes de 20 a 24 años con un 9.2% de nivel de desocupación. (Instituto Nacional de Estadística y Geografía)
- Datos que proporciona el INEGI indican que la tasa de desocupación en los jóvenes durante el primer trimestre del año fue del 8.4%. Al analizarlo a partir de rangos de edad, quienes enfrentan mayores niveles de desocupación son aquellos ubicados entre las edades de 15 a 19 años con un 10.1% y los jóvenes de 20 a 24 años con un 9.2% de nivel de desocupación. (Instituto Nacional de Estadística y Geografía)
- Siguiendo
con datos proporcionados por el INEGI, 7.5% de la población ocupada ubicada en
el rango de edad de 15 a 29 años declara estar sub-ocupada, es decir, puede y
está en la posibilidad de trabajar más tiempo de lo que su ocupación actual le
demanda. En este mismo orden de ideas, 6.5% de esta población ocupada indico
que labora menos de 15 horas a la semana, cuestión que los ocupa como población
ocupada parcialmente.
- En lo que respecta al trabajo informal, datos del INEGI indican que 62.6% de los jóvenes están en dicha
condición, destacando el 44.2% que se encuentra en el
trabajo informal y que cuenta con estudios de nivel medio superior y superior.
Por otro lado, la ENOE apunta que los jóvenes ocupados de 25 a 29 años que
cuentan con estudios profesionales terminados y que laboran en ocupaciones no
profesionales asciende a 44.8% del total, dato que se eleva a 60.4% en los
jóvenes provenientes de estratos socioeconómicos bajos. - En lo que respecta al trabajo informal, datos del INEGI indican que 62.6% de los jóvenes están en dicha
- En este orden de ideas, un ejercicio de extrapolación realizado por la OIT concluye que una política de crecimiento de ocupación dirigido a las y los jóvenes requiere que la macroeconomía crezca en un orden del 5 al 6%, dicho crecimiento no significa que la inclusión sea en trabajos decentes, sino que también se contemplan empleos informales. (Oficina Internacional del Trabajo, 2007)
Los datos antes expuestos
evidencian que aun y cuando las y los jóvenes en la actualidad contamos con
altos niveles de educación y por ende conocimiento adquirido en las aulas y en
la empíria, las oportunidades laborales nada más no son las que cada uno de
nosotrxs esperaríamos, por lo mismo, frente a las declaraciones frívolas, sin
contenido ni conocimiento de causa, así como de criticas sin sustento de que
los paros estudiantiles no sirven, sus argumentos se deberían de dirigir hacia
quienes han hecho de nuestro país un lugar en donde los jóvenes lo menos que
encuentran son oportunidades de crecimiento y desarrollo.
[1]
Titulares que han dejado bastantes dudas sobre su formación académica y sus
capacidades para tomar decisiones democráticas, incluyentes y apegadas a
derecho.
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